Street Fighter IV

Si hay una saga de lucha clásica, esa es la famosa Street Fighter, de CAPCOM. Una saga que cuenta con miles de entregas (quién lo diría, viendo que la próxima lleva un bonito IV en el título, eh?) y que en su día supuso la definición de todo un género. O al menos, la expansión del mismo al reconocimiento mundial. Los arcades se llenaron de chavalería machacabotones intentando demostrar que a pesar de que en la realidad eran unos blandengues maltratados por los macarras del colegio, en las salas de juego podían convertirse en Ryu para huntar al más pintado... en fín, no es que sea mi 2D-VS favorito (a quien le interese, mi lista está en mi antiguo blog, que murió prematuramente...) pero es una gran noticia para el mundo de los videojuegos.

Y después de mucho tiempo, nos llega una nueva secuela pura de la saga. ¿Qué nos ofrecerá? Pues de momento, una imagen vale más que mil palabras:



Jugabilidad 2D, sistema clásico de 6 botones, gráficos poligonales, nuevos movimientos... Espera, un momento... gráficos poligonales???? POR FAVOR!!! Primera indignación. Se supone que una saga como street fighter, punta de lanza de los arcaces de peleas en 2D, debería llegar para demostrar al mundo que los sprites no están muertos. Que el arte videojueguil no se limita a los malditos polígonos, texturas, y efectos gráficos de ultimísima generación, sino que buenos artistas y dibujantes son capaces de dejarnos la boca abierta con monigotes 2D en HD, de tamaños descomunales y miles de frames por animación. Pero no. Capcom ha decidido que no.

En fin, confío en que la menos la jugabilidad estará a la altura (que muy mal tienen que ir las cosas para que no sea así, todo sea dicho). Tendremos que buscar otra saga insignia de las 2D (ejem... Guilty Gear... ejem)

ACTUALIZACIÓN: Ya tenemos el primer video in game. La verdad, los movimientos y animaciones son MUY CLÁSICAS, estoy empezando a pensar que igual me trago mis palabras (aunque sigo pensando que los sprites encajan más con la saga que los polígonos). Muy grata sorpresa, aunque todavía queda por ver en qué acabará esto.