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27 de noviembre de 2007

WELCOME TO PRIME-TIME, BITCH!!

El cine de terror ha sido siempre uno de mis géneros favoritos. Supongo que como consecuencia de tantos sábados disfrutando con las películas que la 2 nos regalaba en el mítico y añorado programa ALUCINE. Desde Hellraiser hasta Viernes 13, pasando por Psicosis, Halloween o La Matanza de Texas... crecí con aquellas películas, por lo que guardo un recuerdo muy grato de ellas.

Y aprovechando el blog, quisiera ir mencionando algunas de ellas. Hoy es el turno de la película que inició toda una saga: Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street). Un clásico entre los clásicos que cuenta con uno de los asesinos más famosos y carismáticos de la historia del género: Freddy Krueger, un icono del cine de terror.



LOS ORÍGENES


La película es fruto de la mente de Wes Craven, capaz de dirigir maravillas como Las colinas tienen Ojos o La Serpiente y el Arco Iris, o mediocridades como La Nueva Pesadilla o un Vampiro suelto en Brooklyn.

Se dice que de niño Wes Craven sorprendió a un ladrón en su casa, con pinta andrajosa y rostro desfigurado. Años después, se topó con unos artículos de periódico en los que se hablaba de unos niños camboyanos que se negaban a dormir debido a unas horribles pesadillas. La noticia comentaba que cuando finalmente los médicos consiguieron hacerles dormir, y que al despertar el primero de ellos, murió de un ataque al corazón tras un tremendo grito.

Todo esto inspiró al director para iniciar la que es su saga más conocida, que no es otra que ésta que nos ocupa.

ARGUMENTO


Varios jóvenes de la pequeña localidad de Springwood, comienzan a tener pesadillas comunes. En ellas se aparece un hombre de rostro plagado de quemaduras y con un extraño guante de cuchillas, generalmente alrededor de lo que parece ser una antigua sala de calderas.

Algunos de estos jóvenes empiezan a morir, y el resto pronto relaciona las muertes con las pesadillas. Tanto las autoridades como los padres de los chicos parecen ocultar algo y se muestran muy escépticos y violentos ante los temores de los jóvenes…

FREDDY KRUEGER


Pesadilla en Elm Street supuso una revolución dentro del aluvión de títulos del creciente subgénero teen-slasher (con halloween o viernes 13 como puntas de lanza), un soplo de aire fresco gracias a un serial killer realmente original, carismático, y aterrador. Freddy Krueger se convirtió, por derecho propio, en uno de los iconos del cine de terror.



Freddy Krueger no es un piscópata cualquiera. Es un asesino perfecto, que utiliza los sueños para aterrorizar a sus víctimas con sus miedos más profundos y acabando con sus vidas sin que puedan hacer nada por evitarlo. Es una especie de Dios de los Sueños, que se maneja por el mundo onírico como quiere y amolda cada situación a su antojo ahondando en las debilidades de sus víctimas.

La historia del personaje, hijo de una monja violada por cien maníacos, está marcada por una traumática vida en la que siempre fue despreciado y rechazado. Su lado sadomasoquista de asociación de dolor-placer tuvo como consecuencia el asesinato de su padrastro y su posterior carrera como asesino en serie (y extrañamente aficionado a los niños...)... hasta que fue brutalmente asesinado (o quemado vivo, para ser más exactos) por los adultos del lugar, temerosos de que sus hijos fuesen los próximos en caer.

Es entonces cuando "nace" Freddy Krueger, que comienza a aparecerse misteriosamente en los sueños de los hijos de los habitantes de Springwood que acabaron con su vida. Con el rostro terriblemente quemado y una garra con cuchillas que utiliza para atemorizar y acabar con sus víctimas, convierte las pesadillas en su mundo, configurando a su antojo las muertes de los indefensos jóvenes. Es su venganza ante los que le hicieron arder vivo.

Su condición de inmortal, de asesino en el mundo de los sueños y de ser casi divino lo hacen intratable. Y al igual que un Dios, su aparente inmortalidad sólo puede saltarse cuando cae en el olvído, o ante la negación de su existencia.

En esta primera película, Freddy Krueger se muestra más oscuro y místico de lo que demostró en sus secuelas (salvo quizá el experimento de "La Ultima Pesadilla"). Sus escenas juegan con las sombras, con ambientes oscuros y tenebrosos, y sus diálogos muestran a un ser sin corazón y con sed de venganza. Sabe de su condición de ser supremo y que disfruta con las muertes. Incluso esa voz metálica, fría y casi sobrenatural, suena atronadora y escalofriante. En esta película es, más que nunca, la personificación del mal y la venganza.

Quizá sea ese poder inalcanzable del que dispone lo que hace a este personaje tan atractivo, tan admirado por los fans de la saga y que lo elevó a personaje de culto. O quizá sea simplemente, que a todos nos da miedo que una persona peuda controlar lo que soñamos, atacándonos con nuestros miedos y manejarnos como a marionetas a su antojo. Sea lo que sea, Freddy Krueger es un personaje atemporal.

LA PELÍCULA


Hablar de esta película es hablar una auténtica obra maestra del género. No solo supuso un importante soplo de aire fresco al género que tenía a Halloween como estandarte, sino que su particular concepto alternando el mundo onírico con el real y su agobiante atmósfera de tensión la metieron directamente en el olimpo del cine fantástico.



A diferencia de otras películas del género, Pesadilla en Elm Street no sólo muestra sangre y violencia, sino que cuenta con un importante componente de intriga gracias a su atmósfera opresiva y al genial uso del mundo de los sueños. La excelente banda sonora y los soberbios efectos especiales (y más teniendo en cuenta la época y los medios) ayuda a que ese ambiente sea más agobiante si cabe, y llevan la tensión hasta límites insospechados en más de una ocasión.

Este es uno de los motivos por los que la película triunfó tanto: el terror no sólo viene por la presencia de un asesino macabro y del típico susto “esperado”, sino por que la propia idea desde la que surge la película ya es suficientemente aterradora.

Todas esas bondades hacen que los pequeños defectos que pueda tener queden en segundo plano. Como resultado tenemos una película de terror de obligado visionado que no ha perdido nada de su magia en los ya casi 25 años que han pasado desde su estreno. Y ya sabéis… hagáis lo que hagáis, no os quedéis dormidos!

10 de noviembre de 2007

Calabazas apostando con el diablo

Hablar de HELLOWEEN es hablar del grupo que catapultó a la fama el power metal europeo (o "happy metal", para muchos) con sus imprescindibles clásicos de finales de los 80: The Keeper of the Seven Keys I y II. Pero el hecho de representar la perfección del estilo con aquellos discos, supone que hablar de HELLOWEEN también implique hablar de polémica y altibajos, debido a una discografía algo irregular cuyo mayor problema ha sido que soportar el peso de las eternas comparaciones con sus inolvidables primeros 3 discos.

La marcha de Hansen y la posterior salida de Kiske, el cantante más influyente del estilo, junto con la muerte de su batería original Ingo, nunca han sido superados del todo por una banda que se ha empeñado en seguir adelante a pesar de las críticas (y si no que se lo pregunten al bueno de Deris y las eternas comparaciones con Kiske).

Pero debemos estar contentos, pues parece que estamos en uno de esos momentos inspirados de las calabazas. Hace ya dos años sorprendieron al mundo anunciando la 3ª parte de la saga Keeper of the Seven Keys. A pesar de las dudas, el disco se mantuvo más o menos a la altura de las circustancias, si bien estuvo lejos de ser una obra maestra revolucionaria como en su día lo fueron las dos primeras partes, sí es cierto que resultó ser un album mucho mejor de lo que se esperaba... Y claro, ahora no podían fallar a los fans que habían recuperado la esperanza una vez más...



... y esta vez, los alemanes lo han bordado. Con su último Gambling with the Devil, HELLOWEEN han conseguido publicar un album que posiblemente sea el más compacto con Deris a las voces. Al menos, es lo mejor que han publicado desde el Better Than Raw, y con mucha diferencia. Un disco que mama directamente de las fuentes más clásicas del grupo, aportandole guiños a otras épocas (incluidas a ese experimento más oscuro llamado The Dark Ride) y una producción puesta al día y a la altura de circustancias.

Cabe destacar los temas de estilo más tradicional que esta vez, la banda ha bordado. Canciones como Paint a New World, Heaven Tell No Lies o sobre todo, la grandiosa The Saints, beben directamente de la inigualable época Keeper del grupo. Especialmente quiero mencionar The Saints, el tema HELLOWEEN por excelencia del álbum que parece compuesto hace 20 años y que es sin lugar a dudas en mejor hit del grupo en muchos años.

En la vertiente más oscura del disco tenemos temas como la inicial Kill It, que recuerda directamente al clásico Push, directa y potente, o la original The Bells of the Seven Hells (sorprende un tema así en un álbum de las calabazas). Una atmósfera parecida obtenemos en los medios tiempos como Fall into Pieces o el que se eligió como single del disco, As Long As I Fall, un tema muy en la línea de If I Could Fly.

No es fácil sacar puntos negativos al album. Desde luego, ningún tema destaca negativamente, y los miembros del grupo rinden a buen nivel durante todo el álbum. El único problema del disco es consecuencia directa de la historia del grupo: HELLOWEEN fueron los creadores de este estilo y los grupos que han salido intentando rozar el éxito que en su día tocaron las calabazas se cuentan por millares. Eso hace que el punto fuerte de este disco no es precisamente la originalidad: encontraremos power metal melódico excelente, con temas que en ocasiones rozan la perfección, pero que pecan de resultar previsibles, en ocasiones.

Tengo que decir que esta pequeña desventaja no hace que el álbum sea peor, por lo que todo amante del power metal melódico tienen una cita ineludible con este disco. Las calabazas están muy en forma!!!

En Enero los tendremos de gira con Gamma Ray (sí, el morbo está servido, y está previsto que veamos a Kai Hansen con sus antiguos compañeros en alguna que otra interpretación de los clásicos de las calabazas...). Veremos si el directo de los temas es tan excelente como las versiones de estudio, y si se animan a mostrar algo más que un par de temas de esta joya que de momento, lleva camino de ser disco del año en el estilo.