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21 de junio de 2012

VOTAR ZAPATOS, COMPRAR PARTIDOS

Tras el aluvión de noticias sobre elecciones griegas, que han conseguido que prácticamente a todo el mundo le suenen siglas como  SYRIZA, ND o PASOK, un servidor tiene la costumbre de pensar en la tendencia general de la sociedad a la hora de enfrentarse a unas elecciones. Sobre todo, a la vista de los resultados.

Viñeta de El Roto

Para ello, me gusta mostrar un ejemplo muy gráfico para ilustrar ciertos comportamientos generalizados que se dan en las elecciones: la compra de unos zapatos. Imagina pues que se te han roto tus zapatillas favoritas y vas a comprar calzado nuevo.

Tras ver en la televisión el anuncio de unas flamantes deportivas, decides ir a la tienda a comprarlas. Son unas alucinantes zapatillas de un color rojo intenso, que prometen ser cómodas, ligeras y perfectamente adaptadas a la forma de cualquier pie: las zapatillas ZP. Así que ni corto ni perezoso, pides tu número, sacas la cartera, pagas y te vas a casa con una sonrisa de oreja a oreja.

Pero resulta que no todo es tan bonito como lo pintan. Al de pocos días, notas que las zapatillas no son tan cómodas como prometían. Aprietan, y por si fuera poco, pierden el brillo y el intenso rojo, quedándose en un pobre tono salmón apagado. Qué decepción.

Así que indignado, decides ir a la tienda y comprarte otras zapatillas. Has visto en la tele los Zapatos Mariano, unos zapatos azules, cómodos, elegantes y algo austeros, pero con clase. Así que decides cambiar tus zapatillas ZP por tus super zapatos Mariano.

Pero una vez más, resulta que los zapatos aprietan que da gusto, que de comodidad ni hablamos y que por si fuera poco, te hacen andar del revés.

Ante tal experiencia, es SEGURO que jamás volverás a comprar unos zapatos Mariano ni unas zapatillas ZP. A la próxima, comprarás otra marca. Quizá unas alpargartas, o unas chancletas.

Pues esto que tan obvio parece a la hora de gastar nuestros ahorros en unas zapatillas, no lo es tanto a la hora de depositar el voto en la urna. El ejemplo es lo suficientemente ilustrativo como para necesitar más explicación y mientras esto no cambie, tendremos bipartidismo para rato.




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